Tuesday, November 24, 2009

Alimenta la mente de tu hijo



Ojo, mamis: Las bondades de comer alimentos ricos en vitaminas y aceites grasos naturales son que tu pequeño pueda tener una mayor concentración y un mejor rendimiento escolar.

Nuestro cerebro es un componente nervioso del encéfalo que se desarrolla en un 85% hasta los 5 años de edad. Este proceso de aprendizaje continuo y de orden secuencial que empieza desde que somos recién nacidos, requiere de una adquisición previa para que una función determinada aparezca. Esto significa que, para aprender a pararnos primero necesitamos aprender a sentarnos, y de la misma forma, para saber cómo caminar requerimos, en primer lugar, saber cómo pararnos.

En esta etapa en donde la capacidad motora gruesa y fina, la atención y la concentración están a flor de piel, el factor alimentario puede contribuir a que estas habilidades se desarrollen en mayor proporción y con mayor rapidez en nuestro sistema nervioso central.

Omega maravilla
La nutricionista Cecilia Torres señala que uno de los principales alimentos durante la fase infantil son los pescados de carne oscura como la sardina, el atún, la caballa, el bonito o pez espada, además de las frutas y semillas secas como las pecanas, almendras o nueces, por su alta concentración de omega 3 en su tasa nutricional.

Según estudios realizados por el Instituto de Investigaciones Amazónicas del Perú, una semilla peruana no tan conocida pero bastante bondadosa para la salud, es el sacha inchi. Esto porque debido a sus altas cantidades de omega 3 ayudan a prevenir el Alzheimer, mejoran la visión, refuerzan la concentración mental y fortalecen el sistema inmunológico. “El ácido graso omega 3 resulta tan importante para el cerebro como el calcio para los huesos. Este nutriente que podemos consumirlo desde los 2 años, también nos puede ayudar a combatir problemas de concentración y de conducta”, señala Torres.

La doctora Geraldine Maurer muestra en su página web Alerta Nutricional una investigación sobre la relación entre la actividad eléctrica cerebral y el consumo de alimentos estimulantes en niños con desorden de hiperactividad y déficit de atención. Gracias a este estudio se comprobó que aquellos niños que consumieron alimentos como harina de trigo, plátano, leche de vaca, huevo y cítricos mejoraron su capacidad de atención y de concentración de manera significativa.

Por otro lado, para el doctor Darwin Vizcarra, “un niño que no duerme bien, no aprende bien”. El dormir bien reorganiza el cerebro, y si no ocurre esto, es probable que el niño luego presente problemas de desconcentración o se demore más en realizar sus tareas.

El desayuno nuestro de cada día
La nutricionista Torres señala que en la comida más importante del día —el desayuno—, siempre debemos incluir una adecuada dieta balanceada para nuestros niños. “Aquí siempre deberían incluirse los tres grupos de ingestas alimentarias: los formadores de crecimiento como la leche, el queso, el yogurt, los reguladores como las frutas y los energéticos que son los cereales, los granos y las frutas secas. Estos últimos ayudarán a que el niño tenga mayor energía y más vitalidad para hacer sus tareas del colegio. La mañana es la mejor hora para que los chicos absorban todas las vitaminas”, afirma la doctora.

La colina, que se encuentra en alimentos con alta vitamina B como el trigo, la yema del huevo o el hígado, puede ayudarnos a ejercitar nuestra memoria de corto y largo plazo, dice Torres.

Finalmente, para que los alimentos tengan una mejor función en nuestro organismo, “es mejor que no los dejemos que se cocinen por más de ocho minutos, pues al estar muy expuestos al calor, hay una desnaturalización de sus vitaminas y luego podrían ya no tener el mismo efecto positivo en nosotros” recalca la doctora.

Tuesday, November 17, 2009

Soy adicto a todo lo que hago



El deseo es inherente al ser humano. Pero cuando este se convierte en una necesidad, los especialistas indican que ya no se trata de un deseo, sino de una dependencia. A largo plazo, esto puede suponer una amenaza para la salud y provocar desagradables síntomas físicos y psicológicos.

Recientemente se ha empezado a aplicar el término dependencia para designar la adicción a determinados comportamientos llevados a cabo en forma excesiva o compulsiva y que el individuo no es capaz de controlar. Esta conducta puede estar relacionada con las compras, los juegos de azar, el trabajo, el ejercicio físico, la comida, la actividad sexual, los videojuegos, las drogas, entre otros.

El hombre de nuestra era consume, luego existe. Todas estas actividades no son esenciales para la subsistencia del ser humano en los planos biológico, social y espiritual, sin embargo, debido a los cambios que ha ido presentando nuestra sociedad, estos se han convertido en imprescindibles para el individuo.

A lo largo de la historia, el hombre ha intentado cambiar su estado mental y físico mediante el uso de sustancias adictivas. Los psicólogos sugieren que este impulso es fruto de un deseo de experiencias excitantes y nuevas. Los jóvenes y aquellas personas autoexigentes, perfeccionistas e impacientes son las más propensas a padecer de comportamientos dependientes.

El apego al placer
Walter Riso, psicólogo y autor del libro “Sabiduría emocional”, indica que el deseo siempre y cuando no se convierta en adicción, es aceptable e imprescindible para cualquier actividad que se quiera emprender. Pero cuando la fuerza motivacional de la apetencia excede los límites de la racionalidad y se transforma en fuerza bruta, estamos en presencia del peor de los enemigos: el apego. Este no es la presencia de deseo, ni la sensibilidad al placer, sino la incapacidad de renuncia a determinada situación. La mente se niega a abandonar la sensación placentera y se empecina en obtenerla una y otra vez, al precio que sea.

Para Riso, el apego opaca la alegría y la desvirtúa. La búsqueda ingenua de la felicidad permanente e inalterable es consecuencia de una necesidad de congelar la alegría en el tiempo y el espacio. Sin embargo, para el experto, no existe el “ser feliz” sino el “estar feliz”. Porque la felicidad no es un estado, sino un proceso. Cuando las personas construyen la falsa ilusión de la alegría externa, automáticamente pierden sensibilidad, porque las expectativas de lo que vendrá los aleja del presente.

¿Por qué surge la dependencia?
Si bien las dependencias se conciben como signos de debilidad mental y de una pésima fuerza de voluntad, el reconocimiento de una base fisiológica de la dependencia viene aumentando progresivamente. Los factores asociados a la personalidad y al entorno pueden también influir en ella, y algunos médicos creen que existe una predisposición genética.

-Factores ambientales: La presión de los amigos, la pobreza, el desempleo, la inestabilidad familiar, la sensación de desamparo y la marginación social. Por ejemplo, aquel individuo que ha sido víctima de un abuso o trauma, sentirá que sus emociones son insoportables y puede recurrir al alcohol o las drogas, para controlar o desaparecer sus sentimientos.

-Factores de personalidad: Aquellas personas que tienen dificultades para controlar sus impulsos y su conducta, están más vulnerables a recurrir a las sustancias o actividades adictivas como estrategia para superar sus problemas.

-Factores genéticos: El riesgo de que una persona desarrolle una dependencia al alcohol es entre cuatro o cinco veces mayor si uno de sus progenitores es alcohólico. Esto no está demostrado si es por una herencia genética o es resultado de una conducta adquirida.

El riesgo de una conducta adictiva
La dependencia está asociada a numerosos riesgos y complicaciones porque puede afectar la salud física y mental. En el caso de las drogas, por ejemplo, el consumo de ellas por vía endovenosa entraña peligros específicos, como el de contraer una infección debido al uso compartido de jeringas no esterilizadas. Este es uno de los factores que han contribuido a la expansión del sida. Algunos adictos pueden experimentar cambios bioquímicos irreversibles en el cerebro como el resultado del consumo habitual de drogas. Los estudios al respecto sugieren que el éxtasis, ingerido regularmente, destruye unas neuronas especializadas en varias funciones básicas como el sueño.

La dependencia también puede tener un efecto negativo en la vida de los adictos, dominándola de tal forma que imposibilite mantener el empleo o las relaciones personales. El grado en que la adicción puede ser nociva varía en función de la conducta de cada ser humano.

Tuesday, November 10, 2009

Sí se puede: el poder de la mente




Los pensamientos positivos conducen esencialmente a una bioquímica más feliz y saludable. Precisamente la ley de atracción de la mente afirma que todos podemos conseguir aquello que deseamos si detectamos cuáles son nuestras metas y si tenemos la suficiente capacidad de autoconocimiento. Todos somos producto de lo que pensamos.

“Todo lo que está llegando a tu vida, tú lo estás atrayendo hacia ti por virtud de las imágenes que mantienes en tu mente.” Esto que acabas de leer, es un fragmento del libro “El Secreto”, de Rhonda Byrne, el cual describe de qué manera una persona puede tener lo que desea gracias al poder de atracción.

El metafísico estadounidense Joe Vitale indica que la base científica del poder de atracción está basada en dos ramas: la psicología, que te enseña cómo trabaja el cerebro, y ha demostrado a través de sus estudios que los pensamientos positivos atraen cosas positivas, y la física cuántica, ciencia que demuestra la infinidad de poderes de la mente. Vitale señala que las ondas electromagnéticas proyectadas desde la mente tienen una influencia sobre el universo, y por lo tanto, sobre todo aquello que nos ocurre. “Uno es como una torre de transmisión, que emite una frecuencia con los pensamientos y si uno sintoniza pensamientos de riqueza, recibirá riqueza”, señala.

Yo pienso positivo
Para Sonia Galloso, consultora internacional en autoestima y crecimiento personal del método Silva, el ser humano no tiene límites en la creación de sus pensamientos. “Es básico que aprendamos a aquietar la mente para poderla enfocar hacia nuestros objetivos. Aquel que ejecuta estas visualizaciones debe estar totalmente comprometido consigo mismo para reprogramar sus pensamientos en positivo”. Sin embargo, la experta explica que muchas veces las personas no confían en el gran poder de la mente. “Mucha gente está pensando en lo que no quiere, en vez de pensar en lo que sí quiere. Aquellos que no consiguen lo que se proponen es porque sienten desconfianza de sí mismos, y porque no actúan basados en lo que quieren. Es decir, uno tiene que ser consecuente con las diversas metas a las que quiere llegar”.

Las personas de mentalidad optimista tienen una ventaja natural frente a los demás: sienten que controlan su vida y disfrutan de ella, e incluso pueden ser menos vulnerables a las enfermedades. Para Galloso, la mejor forma de ser una persona positiva es repitiendo constantemente, “tengo una salud maravillosa”, o “amo a mi novio”, siempre en primera persona y en presente.

Los pensamientos negativos te llevan a padecer estrés y degradan seriamente el cuerpo y el funcionamiento del cerebro. Si un individuo, por ejemplo, cree que su jornada laboral será estresante y agotadora, anticipará un estado de ansiedad e irritación como respuesta a las situaciones que él está pensando. Estos sentimientos podrán afectar su rendimiento en el trabajo, con lo cual efectivamente acabará cansado y estresado.

La sanación espiritual
Todo lo que has vivido y sentido influye al momento de construir tu mundo interno. La especialista Galloso nos pone un ejemplo. “Si uno en su familia ha vivido una experiencia de infidelidad, entonces para esa persona no va a ser normal que dos personas se amen y es muy probable que casi siempre sus relaciones no sean duraderas por temor a que se repita lo mismo con ella. Pero gracias a la limpieza de la mente, uno puede sanar las heridas de la infancia y conectarse con su niño interior puro que no tiene miedo a nada y el cual cree que todo es posible. Lo importante en este autoanálisis es aprender a perdonar para liberar la rabia y la ira hacia los padres, y de esta manera aprender a ser felices. Uno puede ver la vida perfecta en la medida en que uno crea que puede ser perfecta y que tú sientas merecer que sea perfecta”, explica Galloso.

Ejercita tu mente
Según Charo Verástegui, conductora, practicante de meditación y discípula de Namkhai Norbu, lo más importante para tener un mayor poder de la mente es practicar un método de relajación de la conciencia. En su caso es la meditación. “Anteriormente cuando sufría de depresión, no entendía por qué vivimos, tenía un gran vacío por dentro. Cuando decidí ponerme al servicio de los maestros que practican la meditación, aprendí a tener una autoobservación constante de mi mente para evitar llevar mi pensamiento al dolor del pasado o anclarlo en un futuro que todavía no existe. La mente es tan salvaje e imparable que nunca acaba de pensar; sin embargo, nosotros podemos adiestrarla a través de pequeños ejercicios de concentración para atrasar un poco la velocidad de los fotogramas que pasan por nuestra cabeza, y desviarlos hacia pensamientos positivos de sabiduría y de compasión”, señala Verástegui.

Clave del éxito
Inés Temple, presidenta ejecutiva de la consultora DBM Perú y empresaria, sugiere que para tener éxito, siempre se deben desarrollar buenas relaciones interpersonales, ser versátil ante el cambio y capacitarse profesionalmente. Para ella, los exitosos son los que rompieron las barreras mentales y se atrevieron a hacer empresa desafiando la cultura popular, que insiste en negar que en el Perú se pueda ser exitoso legítima y éticamente. “Los peruanos somos mucho más exitosos de lo que nos gusta reconocer”, señala.

Denis Waitley, autor de “Semillas de Grandeza” señala en este libro que las personas exitosas en la vida piensan constantemente en términos de: yo puedo, yo haré, yo soy. A ellos, él los denomina los batalladores, porque ante una derrota se detienen a buscar soluciones y no se consideran víctimas del destino. A diferencia de aquellos que concentran sus pensamientos en lo que ellos no pueden hacer, en lo que ellos hubieran querido hacer o en lo que deberían haber hecho. Tú también puedes creer en tu mente. No olvides que tus pensamientos actuales están creando tu futuro.

Thursday, November 5, 2009

Me pierdo en mis pensamientos


A simple vista pueden ser considerados como caóticos y desorganizados. Estas personas tienen un problema común pero que la mayoría no sabe que lo padece. Se le conoce como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Según los porcentajes estadísticos, entre 4 y 6% de los adultos sufren de este mal. Sigue leyendo.

Ella se dio cuenta que tenía este problema cuando cumplió 26 años. Ella es la psiquiatra argentina Norma Echavarría. “Cuando tenía que hacer una actividad por mucho tiempo, no terminaba de disfrutarla bien y ya estaba queriendo empezar algo nuevo. O acababa haciendo todo esto a la vez. Siempre me he distraído en medio de mis pensamientos. Nunca llegaba a donde quería ir al principio. Me era muy difícil profundizar en lo que me proponía hacer porque me desmotivaba fácilmente. Siempre fui muy hiperactiva”. Norma era muy buena alumna, pero le costaba mucho sacarse buenas notas. “Tenía que estudiar más horas que otra compañera, que solo practicaba una hora, para poder sacarme la misma nota que ella. Por ser muy exigente conmigo misma, no aceptaba que algo se fuera de mis manos, y cuando eso pasaba, me frustraba mucho. Era bastante ansiosa. En mi casa, mi papá y mi hermano tenían características muy similares a las mías. También eran distraídos y volados. Yo sentía que no podía parar. Me levantaba a las cinco de la mañana, daban las diez de la noche y yo podía seguir”, recuerda la doctora, quien ya no tiene temor de decir que padece del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Desde que reconoció que tenía este problema y empezó a enfrentarlo, ella lleva una vida más sosegada y feliz.

Para el neurólogo Armando Filomeno, este es un trastorno neuropsiquiátrico de origen genético y biológico que se debe a la deficiencia del neurotransmisor dopamina en algunas áreas del cerebro. “Quien tiene este trastorno presenta déficit de atención, hiperactividad o ambas; y estas características interfieren muchas veces, en la vida académica, social o personal de un adulto”, señala el experto.

Echavarría explica que no todos los que padecen del TDAH tienen este problema en un mismo grado de intensidad. "Uno puede medir este nivel, en el exceso y la continuidad de la frustración en la conducta de una persona", señala la especialista.

La inteligencia de un adulto con TDAH puede ser tan alta como una persona sin este problema. Esto, porque siempre están buscando nuevas maneras de hacer las cosas, y esto a la larga, genera que su parte creativa se termine desarrollando mucho más y puedan llegar a ser personas muy exitosas”.

¿Quién es quién?

La psiquiatra explica que una persona hiperactiva es más fácil de diagnosticar que aquella con un problema de atención porque sus características son más evidentes. “Los hiperactivos son irritables, bastante impulsivos, inquietos, tienden a ser “muy” en todo. Los desatentos son hipoactivos, tienen poca iniciativa y pueden pasar desapercibidos por ser más callados. Y hay también quienes tienen ambos trastornos”, explica Echavarría.

Los adultos con estos desórdenes vinculados a la conducta son más vulnerables a presentar problemas de aprendizaje y de adicción, y a desarrollar dificultades en el habla. Incluso algunos pueden tener personalidades con baja autoestima. “La autoestima es una construcción que se forma con los logros de una persona. El que alguien le diga a otra persona, qué inteligente eres, no hará que su autoestima se incremente. Esta solo se verá alimentada cuando realmente se sienta inteligente por todo lo que está logrando. Si una persona desde que se levanta, cada que hace algo, se tropieza con un obstáculo, va a sentir que es mejor no hacer las cosas para evitar otro fracaso”, recalca la especialista. Echavarría agrega que si esta persona no sabe como canalizar esa frustración, puede volverse un adulto más negativo, agresivo y aislado de su entorno social.

Remedio para la cura

Para Filomeno, una forma de combatir el TDAH es la medicación. “Cuando una persona tiene las características del TDAH y estas le traen problemas, debe considerarse en primer lugar el tratamiento médico. Lo más usado es el metilfenidato”, afirma el doctor.

Según el experto, el coaching para las personas con TDAH es también otra alternativa que tiene excelentes resultados. “La terapia ayuda a que puedan organizarse mejor en sus planes. Esta trabaja el manejo del tiempo, la priorización y el control de las emociones”, afirma el experto.

Beatriz Duda, presidenta de la Asociación Peruana de Déficit de Atención (APDA) y experta en terapia de coaching, afirma que la idea con estas clases es que los adultos se comprendan mejor y se toleren más. “Por ejemplo, si alguien observa que es desorganizado, se le enseña que no es que lo sea porque sea irresponsable, sino que eso responde a un problema de atención. Esto lo ayudará a que no se siga dando más con el látigo. Cuando esta persona tenga una complicación, ahora pensará en la solución antes que en el problema”, explica Duda. Los especialistas coinciden que a través del manejo del estrés y la ansiedad, y logrando un balance entre el cuerpo y la mente, este trastorno puede estar perfectamente controlado.

Según explica Echavarría, el éxito de la vida de un adulto dependerá de muchos factores. “Los principales son: si le gusta mucho lo que ha elegido para ejercer, si es bueno en esta actividad, si su entorno familiar y social lo apoya. Todos estos puntos desarrollarán la estimulación y la motivación de una persona. Mientras más disfrutes lo que hagas, mejor lo vas a hacer”, indica la psiquiatra.

La inteligencia de un adulto con TDAH puede ser tan alta como una persona sin este problema. La razón es porque siempre están buscando nuevas maneras de hacer las cosas, y esto a la larga, genera que su parte creativa se termine desarrollando mucho más y puedan llegar a ser personas muy exitosas.

Finalmente los expertos recomiendan que aquellos papás que padecen de TDAH, tengan en cuenta que al ser este problema genético, sus hijos tendrán una mayor predisposición de padecerlo. “Los padres con este trastorno deben tratar de no generarles una mayor carga social y personal a los chicos. Aquellas frases como ‘eres un desastre’, ‘eres un inútil’, ‘siempre te paras olvidando donde dejas tus cosas’, harán sentir menos al niño. Lo importante es tener un tratamiento especial y sutil con ellos”, sostiene Echavarría.