A simple vista pueden ser considerados como caóticos y desorganizados. Estas personas tienen un problema común pero que la mayoría no sabe que lo padece. Se le conoce como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Según los porcentajes estadísticos, entre 4 y 6% de los adultos sufren de este mal. Sigue leyendo.
Ella se dio cuenta que tenía este problema cuando cumplió 26 años. Ella es la psiquiatra argentina Norma Echavarría. “Cuando tenía que hacer una actividad por mucho tiempo, no terminaba de disfrutarla bien y ya estaba queriendo empezar algo nuevo. O acababa haciendo todo esto a la vez. Siempre me he distraído en medio de mis pensamientos. Nunca llegaba a donde quería ir al principio. Me era muy difícil profundizar en lo que me proponía hacer porque me desmotivaba fácilmente. Siempre fui muy hiperactiva”. Norma era muy buena alumna, pero le costaba mucho sacarse buenas notas. “Tenía que estudiar más horas que otra compañera, que solo practicaba una hora, para poder sacarme la misma nota que ella. Por ser muy exigente conmigo misma, no aceptaba que algo se fuera de mis manos, y cuando eso pasaba, me frustraba mucho. Era bastante ansiosa. En mi casa, mi papá y mi hermano tenían características muy similares a las mías. También eran distraídos y volados. Yo sentía que no podía parar. Me levantaba a las cinco de la mañana, daban las diez de la noche y yo podía seguir”, recuerda la doctora, quien ya no tiene temor de decir que padece del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Desde que reconoció que tenía este problema y empezó a enfrentarlo, ella lleva una vida más sosegada y feliz.
Para el neurólogo Armando Filomeno, este es un trastorno neuropsiquiátrico de origen genético y biológico que se debe a la deficiencia del neurotransmisor dopamina en algunas áreas del cerebro. “Quien tiene este trastorno presenta déficit de atención, hiperactividad o ambas; y estas características interfieren muchas veces, en la vida académica, social o personal de un adulto”, señala el experto.
Echavarría explica que no todos los que padecen del TDAH tienen este problema en un mismo grado de intensidad. "Uno puede medir este nivel, en el exceso y la continuidad de la frustración en la conducta de una persona", señala la especialista.
“La inteligencia de un adulto con TDAH puede ser tan alta como una persona sin este problema. Esto, porque siempre están buscando nuevas maneras de hacer las cosas, y esto a la larga, genera que su parte creativa se termine desarrollando mucho más y puedan llegar a ser personas muy exitosas”.
¿Quién es quién?
La psiquiatra explica que una persona hiperactiva es más fácil de diagnosticar que aquella con un problema de atención porque sus características son más evidentes. “Los hiperactivos son irritables, bastante impulsivos, inquietos, tienden a ser “muy” en todo. Los desatentos son hipoactivos, tienen poca iniciativa y pueden pasar desapercibidos por ser más callados. Y hay también quienes tienen ambos trastornos”, explica Echavarría.
Los adultos con estos desórdenes vinculados a la conducta son más vulnerables a presentar problemas de aprendizaje y de adicción, y a desarrollar dificultades en el habla. Incluso algunos pueden tener personalidades con baja autoestima. “La autoestima es una construcción que se forma con los logros de una persona. El que alguien le diga a otra persona, qué inteligente eres, no hará que su autoestima se incremente. Esta solo se verá alimentada cuando realmente se sienta inteligente por todo lo que está logrando. Si una persona desde que se levanta, cada que hace algo, se tropieza con un obstáculo, va a sentir que es mejor no hacer las cosas para evitar otro fracaso”, recalca la especialista. Echavarría agrega que si esta persona no sabe como canalizar esa frustración, puede volverse un adulto más negativo, agresivo y aislado de su entorno social.
Remedio para la cura
Para Filomeno, una forma de combatir el TDAH es la medicación. “Cuando una persona tiene las características del TDAH y estas le traen problemas, debe considerarse en primer lugar el tratamiento médico. Lo más usado es el metilfenidato”, afirma el doctor.
Según el experto, el coaching para las personas con TDAH es también otra alternativa que tiene excelentes resultados. “La terapia ayuda a que puedan organizarse mejor en sus planes. Esta trabaja el manejo del tiempo, la priorización y el control de las emociones”, afirma el experto.
Beatriz Duda, presidenta de la Asociación Peruana de Déficit de Atención (APDA) y experta en terapia de coaching, afirma que la idea con estas clases es que los adultos se comprendan mejor y se toleren más. “Por ejemplo, si alguien observa que es desorganizado, se le enseña que no es que lo sea porque sea irresponsable, sino que eso responde a un problema de atención. Esto lo ayudará a que no se siga dando más con el látigo. Cuando esta persona tenga una complicación, ahora pensará en la solución antes que en el problema”, explica Duda. Los especialistas coinciden que a través del manejo del estrés y la ansiedad, y logrando un balance entre el cuerpo y la mente, este trastorno puede estar perfectamente controlado.
Según explica Echavarría, el éxito de la vida de un adulto dependerá de muchos factores. “Los principales son: si le gusta mucho lo que ha elegido para ejercer, si es bueno en esta actividad, si su entorno familiar y social lo apoya. Todos estos puntos desarrollarán la estimulación y la motivación de una persona. Mientras más disfrutes lo que hagas, mejor lo vas a hacer”, indica la psiquiatra.
La inteligencia de un adulto con TDAH puede ser tan alta como una persona sin este problema. La razón es porque siempre están buscando nuevas maneras de hacer las cosas, y esto a la larga, genera que su parte creativa se termine desarrollando mucho más y puedan llegar a ser personas muy exitosas.
Finalmente los expertos recomiendan que aquellos papás que padecen de TDAH, tengan en cuenta que al ser este problema genético, sus hijos tendrán una mayor predisposición de padecerlo. “Los padres con este trastorno deben tratar de no generarles una mayor carga social y personal a los chicos. Aquellas frases como ‘eres un desastre’, ‘eres un inútil’, ‘siempre te paras olvidando donde dejas tus cosas’, harán sentir menos al niño. Lo importante es tener un tratamiento especial y sutil con ellos”, sostiene Echavarría.