Wednesday, December 23, 2009

Las fobias que nos impiden ser libres



Cuando se desata un estímulo específico, y surge una ansiedad que resulta desproporcionada y atenazadora, y un miedo que parece imposible de controlar aun sabiendo que es irracional, estamos siendo presos de una fobia. Este problema psicológico es relativamente común alrededor del mundo.

Existen diferentes clases de fobias. Algunas pueden afectar seriamente a la vida de un individuo e incluso limitarla, mientras que otras solo resultan molestas o incómodas. Por ejemplo, para la mayoría de las personas las aves son criaturas inofensivas. Sin embargo, para alguien que padece fobia a estos animales, estos son seres aterradores. Muchos fóbicos son conscientes de que su miedo es ilógico, pero aun así son incapaces de controlarlo.

Los síntomas frecuentes son la falta de aire, respiración agitada, sudoración y un deseo irreprimible de huir. Algunas personas incluso pueden ser víctimas de un ataque de pánico en el que experimentarán alteraciones físicas severas como náuseas, palpitaciones y, en ocasiones, temor a volverse loco o a morir.

¿Cómo se desarrolla?
Las fobias pueden ser fruto de una asociación aprendida. Supongamos que un perro muerde al individuo en un momento de su infancia, este luego asociará el acontecimiento con una intensa sensación de miedo;
generalizará esta sensación y la hará extensiva a todos estos animales. Por ello, experimentará ansiedad aguda siempre que vea un perro.

La herencia genética también interviene en la predisposición a sufrir fobias. Se cree que un ser puede ser proclive a los trastornos de ansiedad, como las fobias, debido a que su sistema nervioso autónomo se estimula con mayor facilidad que el de una persona no fóbica.

Fobias Comunes
Se estima que el 11%-12% de las personas experimenta una fobia en algún momento de su vida. Aquellas que se presentan de forma más común son:

-Acrofobia: miedo a las alturas.
-Cinofobia: miedo a los perros.
-Agorafobia: miedo a los espacios abiertos.
-Nosofobia: miedo a las enfermedades.
-Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados.
-Ereutofobia: miedo a sonrojarse.

Cómo tratarlas
Investigaciones han demostrado que con un tratamiento adecuado y de autocontrol, la mayor parte de las personas que padecen fobias consigue aliviar significativamente --o incluso superar por completo-- su miedo.

Una de estas, es la terapia de desensibilización. Aquí se le enseña al individuo a relajarse y a empezar a imaginar que está viendo, por ejemplo, la fotografía de una araña en un libro y acabar pensando que la sostiene en una mano. Una vez que se ha imaginado esto, se pide a la persona que piense, paso a paso, el estímulo que desata su ansiedad. En determinadas circunstancias, se puede decidir que el paciente se enfrente a la visión de esta situación, para que de esta forma aprenda a despojarse de las asociaciones establecidas entre el estímulo y la respuesta de miedo.

Otro de los tratamientos es la terapia cognitiva. Esta ayudará a que la persona se vuelva más asertiva y menos ansiosa. Las terapias de grupo pueden constituir un valioso apoyo, puesto que proporcionan al individuo la posibilidad de comentar su situación con otras personas que padecen problemas similares e intercambiar información con ellas.


3 comments:

Anonymous said...

Pamela muy interesante tu artículo sobre las fobias, te contare que yo le tengo fobia a ir de copiloto por eso que nunca pude aprender a manejar y es a lo unico que le tengo pavor, de joven tuvimos un fuerte choque y eso se me ha quedado grabado. Sigue escribiendo en tu blog muy buenas notas!!!!!!!!!!!!!!

Anonymous said...

Por suerte, ahora sé que las fobias tienen cura. Hace tiempo que le tengo miedo a ponerme roja simplemente por hablar en público.

Anonymous said...

Eso de ponerse roja creo que es para toda la vida, tengo cerca de 60 años y todavia me pongo roja cuando dicen algo de mi.